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Llegó septiembre y con él el desafío propuesto por Carolina… ¿de qué se trata esta vez?, pues de elaborar unas COXINHAS. Si no sabéis loque son, os daré una pista:

Braaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssiiiiiiiiiiiiiiilllllllllllllllll, la ra la ra la raaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! Esta es la canción que me vino a la cabeza en cuanto descubrí que “coxhinas” no son “cochinas”, sino un aperitivo típico de las gastronomías lusa y brasileña, y se pronuncia “cosiñas”, que viene a ser algo así como “muslo”, pues es precisamente a un muslo de pollo a lo que pretenden evocar. Esta receta del reto de septiembre es especial por tres motivos, en primer lugar porque hace exactamente un año que empecé a formar parte de esta gran familia de aficionados y enamorados de la gastronomía, y en este tiempo no sólo he aprendido a cocinar un “solomillo Wellington”, una desastrosa “tarta Dobos”, un tradicional “potaje de vigilia”, etc, sino que he conocido a gente maravillosa de toda España (y parte del extranjero). También es especial porque es la primera vez que participo desde que experimenté la maravillosa experiencia de ser madre… y me di cuenta de que por mucho que intentes hacerte una idea de lo que puede llegar a ser eso, no lo sabes hasta que realmente no lo experimentas, y es que nunca antes había disfrutado tanto de pequeños placeres como tomarme  un café en soledad, una ducha prolongada, o pintarme las uñas de los pies, pues son cosas casi imposibles de hacer con un bebé de teta. Y en tercer lugar quiero dedicar esta receta a Neide, una amiga muy especial con la que compartí piso durante 9 meses, tiempo en el que estuve trabajando en Gandía. Guardo muchos y buenos recuerdos de ese curso escolar, no sólo de mis alumnos, de mis compañeros, sino también de toda la gente que conocí, y de la que guardo un recuerdo muy agradable (qué noche la de aquella noche en la que Neide intentó enseñarme a sambear, y acabamos cantando por Julio Iglesias en un Karaoke clandestino…, sería  una salida nocturna más si no fuera porque “empalmé” con mis clases… y es que ya lo decían mis alumnos “profe qué guapa vas hoy”… qué recuerdos… )

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Bueno dejo ya de desvariar y vamos al lío. La elaboración de las Coxinhas es sencilla pero laboriosa, válgame la redundancia. Neceistaremos unos ingredientes muy sencillos y asequibles:

Para el relleno:

–          Una vendeja de verduras para cocido de Mercadona

–          una pechuga de pollo generosa

–          tomate frito

–          una cebolla

–          sal

Para la masa:

–          500 gr de harina

–          100 gr de mantequilla

–          Dos tazas de leche

–          Dos tazas de caldo de pollo

–          Una cucharada de colorante

–          Aceite de oliva

Para la salsa

– Cuatro cucharadas de ketchup

– Cuatro cucharadas de salsa HP

– unas gotas de tabasco

Primero preparamos un caldito con las verduras, la pechuga del pollo y la carcasa del mismo. Lo introducimos todo en la olla exprés, cubrimos con agua, añadimos una pizca de sal, pimienta y un chorrito de aceite. Dejamos cocer durante 20 minutos y tendremos la pechuga cocida y un caldo espectacular. Mientras la pechuga está caliente, desmenuzamos con la ayuda de dos tenedores, tenemos que sacar hebras o hilos. Una vez hecho esto, pochamos la cebolla en la sartén, añadimos la pechuga con un poquito de caldo, damos unas vueltas y añadimos el tomate frito. Tiene que quedar una consistencia más bien compacta, no muy líquida.

Vamos ahora con la elaboración de la masa. Ponemos la mantequilla en una olla baja, añadimos la leche y el caldo de pollo, y un poco de colorante. Llevamos al fuego y cuando hierva añadimos la harina. Removemos bien (en mi caso, con un robot de amasar, pues la masa es realmente dura). Dejamos enfriar un poco y sacamos bolitas del tamaño de una pelota de golf. Nos mojamos las manos en aceite de oliva, y hacemos un agujero en el centro de la bola mientras vamos dándole vueltas en nuestras manos, para crear un saquito. Rellenamos con el sofrito de pollo y cerramos delicadamente dándole forma de muslito. Una vez que tengamos todas las coxinhas formadas, rebozamos en huevo  y pan rallado, y a la sartén con el aceite bien calentito. Ya tenemos nuestras coxinhas preparadas, ahora sólo queda disfrutarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

La salsa fue una invención del momento. Como ya he comentado, hacer cosas con un bebé de pecho es toda una odisea, y no me quedaba tiempo para buscar alguna receta de salsa que le fuera bien a las coxinhas. Así que abrí la nevera, saqué el ketchup, la salsa HP y el tabasco, lo añadí todo en un cuenco, le di vueltas y VOILA!!!! una salsa clavadita a la que venden en el McDonalds para acompañar los nuggets.

Espero que os animeis a probar esta receta, o que al menos hagáis la mezcla de la salsa barbacoa, vais a alucinar.

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