Con la receta de hoy pretendo, más que participar, compartir esta receta tradicional de Murcia, y rendir así un homenaje a la autora del blog Cosicas dulces… y alguna salada, y a mi madre, una yeclana que me enseñó esta receta.

 

La receta de hoy es típica de la Semana Santa murciana, más concretamente de Yecla, tierra en donde están mis raíces. Antiguamente madres e hijas se reunían en este periodo del año y realizaban esta receta mientras compartían historias y anécdotas del campo. Hoy intento conservar esta tradición y cada año me reúno con mi madre para realizar las empanadas yeclanas y compartir así una tarde de anécdotas camperas que suenan a otro tiempo (tal vez porque sucedieron efectivamente en un tiempo y lugar que se me asemejan lejanos ya…). Historias de la postguerra, la hambruna, la lucha del campesino y del obrero… el trabajo duro, el esfuerzo y la emigración hacia tierras que ofrecieran mejores oportunidades para los nacidos entre el barro, y la miseria. Historias que tal vez nos recuerden que España fue tierra de emigrantes…

Seguramente os preguntaréis por el origen de dicho manjar. Según Salvador Santa (http://www.gruposietedias.com/noticia.asp?ref=10708), “El origen de la empanada yeclana hay que localizarlo en la España medieval, pero no en la cristiana, sino en la España árabe (Al-Andalus) y la España judía (Sefarad). En árabe las empanadas son conocidas como ‘al-Burek’, unas delicias de carne vacuna, patatas, huevo, pimiento, tomate y piñones envueltos en la masa y en forma cilíndrica. De ahí surge el origen de la empanada. Los judíos españoles, por su parte, adoptaron esta costumbre culinaria de sus correligionarios islámicos, y de hecho las empanadas, que ellos denominan como ‘borekas’, pueden consumirse hoy día en cualquier ciudad donde haya sefardíes, los descendientes de los judíos españoles medievales. La diferencia es que los judíos sustituyeron la carne vacuna por atún. Por su parte la población cristiana también adoptó esta receta y forma de ‘empanar’ como consecuencia de su contacto con sus vecinos árabes y judíos. De hecho, en casi todas las comunidades autónomas de España se pueden encontrar diversas variantes regionales de la empanada. Fueron los cristianos quienes, para simbolizar su superioridad sobre los árabes, les dieron forma de media luna. Posteriormente serían los conquistadores españoles los que llevaron la receta de la empanada a las colonias de América, por lo que hoy es corriente encontrar empanadas en Argentina, Chile, México, Colombia, Bolivia, etc.”

Para 24 empanadas necesitaréis:

MASA:
– 1 vaso de aceite
– 1 vaso de agua
– 1 vaso de vino blanco
– 700 gr de harina
– Una cucharada sopera de levadura
– Una cucharada sopera de pimentón
– Sal

RELLENO
– 1 kg de patatas panadera con clavo (los clavos se retiran)
– 4 huevos duros
– Piñones
– Atún (3 o 4 latas)
– Pimiento morrón (1 lata)
– Perejil (opcional)

Para la elaboración de la masa:
Tamizamos la harina junto con la levadura y el pimentón en un bol y damos forma de volcán. En el centro añadimos el vaso de aceite de oliva virgen, un vaso de agua, otro de vino blanco y la sal (una cucharada rasa). Amasamos hasta formar una bola que se desprenda de las manos. Para ello añadiremos harina o agua hasta conseguir la consistencia adecuada. Tapamos con un paño y dejamos reposar una media hora. Mientras tanto desmenuzamos los huevos duros y el atún, e incorporamos los piñones y los pimientos morrones cortados en tiras. Opcionalmente añadiremos perejil. Previamente habremos preparado las patatas panadera con clavo y/o una cucharadita de pimentón (fileteamos un kilo de patatas y freímos en abundante aceite de oliva como si fuéramos a hacer una tortilla. Añadimos de dos a cuatro clavos para que aporte el sabor característico de estas empanadas, probamos de sal y escurrimos).

Cuando la masa esté preparada, hacemos bolitas del tamaño de una pelota de golf, aplastamos y rellenamos con la patata y la farsa de atún, huevo, pimientos morrones y piñones. Sellamos las empanadas con ayuda de un tenedor y pintamos con un huevo batido. Introducimos en el horno a temperatura media (180ºC) hasta que estén doraditas.